El ser humano es el único animal capaz de hacer fuego. Esto le ha procurado su dominio sobre la Tierra.
Conde de Rivarol
Tremendo contraste entre el crepitar del fuego en su comienzo y la paz de la ceniza.
José Luis CollEl mejor fuego no es el que se enciende rápidamente.
George Eliot
La única ventaja de jugar con fuego es que aprende uno a no quemarse.
Oscar Wilde
Solo vale la serenidad, cuando debajo hay fuego.
José Luis Sampedro
Hay quien cruza el bosque y sólo ve leña para el fuego.
Leon TolstoiEl amor celoso enciende su antorcha en el fuego de las furias.
Edmund Burke
Conocer el amor de los que amamos es el fuego que alimenta la vida.
Pablo NerudaLa ira es como el fuego; no se puede apagar sino al primer chispazo. Después es tarde.
Giovanni PapiniEl fuego prueba el oro; la miseria los hombres fuertes.
Séneca
No pretendas apagar con fuego un incendio, ni remediar con agua una inundación.
ConfucioEl pueblo, el fuego y el agua no pueden ser domados nunca.
Focílides
Tan imposible es avivar la lumbre con nieve, como apagar el fuego del amor con palabras.
William Shakespeare
Los libros tienen los mismos enemigos que el hombre: el fuego, la humedad, los animales, el tiempo y su propio contenido.
Paul ValéryNi aún permaneciendo sentado junto al fuego de su hogar puede el hombre escapar a la sentencia de su destino.
Esquilo de EleusisEl egoísta sería capaz de pegar fuego a la casa del vecino para hacer freir un huevo.
Sir Francis Bacon
Un hombre debe vivir cerca de sus superiores como cerca del fuego: ni tan cerca que se queme ni tan lejos que se hiele.
Diógenes de SínopeProbamos el oro en el fuego, distinguimos a nuestros amigos en la adversidad.
Isócrates
No hay necesidad de fuego, el infierno son los otros.
Jean Paul Sartre
El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro.
Friedrich Nietzsche
Trabaja para mantener viva en tu pecho esa pequeña chispa de fuego celeste, la conciencia.
George Washington
El amor es como el fuego; suelen ver antes el humo los que están fuera, que las llamas los que están dentro.
Jacinto Benavente
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