Aforismos CCXCIV (Aforismos sobre los defectos)

Bienaventurados nuestros imitadores porque de ellos serán nuestros defectos.
Jacinto Benavente

El que te habla de los defectos de los demás, con los demás hablará de los tuyos.
Denis Diderot

Siempre hablamos de defectos análogos a los que tenemos, como si fuera una manera desviada de hablar de nosotros, que une al placer de absolvemos el de confesar.
Marcel Proust

Consulta el ojo de tu enemigo, porque es el primero que ve tus defectos.
Antistenes

Un hombre sin defectos es un tonto o un hipócrita del que debemos desconfiar.
Joubert

Procuro ser siempre muy puntual, pues he observado que los defectos de una persona se reflejan muy vivamente en la memoria de quien la espera.
Nicolas Boileau 

Los defectos de los maridos a menudo son causados por el exceso de virtudes de sus esposas.
Colette

Cuando en las obras del sabio no encuentra defectos, contra la persona cargos suele hacer el necio.
Tomas de Iriarte

Entretenerse en buscar defectos al prójimo es prueba suficiente de no ocuparse apenas de los suyos propios.
San Francisco de Asis

Aunque amo a mi madre, no quise hacer un retrato idealizado de ella. Me fascinan más sus defectos: son más divertidos que sus otras cualidades.
Pedro Almodovar

Por los defectos de los demás el sabio corrige los propios.
Siro

Los pequeños defectos de los grandes, son grandes defectos.
Siro

Nos acostumbramos a los defectos de los demás cuando no nos creemos obligados a corregirlos.
Françoise Sagan

Si no tuviéramos defectos no sentiríamos tanto placer descubriendo los de los demás.
Françoise de la Rochefoucauld

Procuro ser siempre muy puntual, pues he observado que los defectos de una persona se reflejan muy vivamente en la memoria de quien la espera.
Nicolas Boileau

Alimento mis defectos, no quiero ser perfecto.
Alejandro Sanz

Cuando me da por pensar de noche en mis defectos, me quedo dormido inmediatamente.
Oscar Wilde

Las mujeres aman a los hombres por sus defectos; si tienen bastantes, les perdonarán cualquier cosa, hasta una inteligen­cia gigantesca.
Oscar Wilde

Es imposible que un príncipe pueda ocultar sus defectos a los ojos del pueblo.
Rey Federico II el Grande