martes, 6 de septiembre de 2022

Aforismos DXV (Aforismos sobre los Maridos)

Las lágrimas son inútiles, a menos que esté el marido presente para verlas derramar.

Hilda Owlsley

Una mujer sensible debería ser guiada por su cabeza cuando busque un marido y por su corazón cuando busque un amante. 

Anne de Lenclos

Hay mujeres que quieren tanto a sus maridos que, para no usarlos, toman el de sus amigas.

Alejandro Dumas

Un verdadero marido siempre es desconfiado. 

Lord Byron

Es necesario ser casi un genio para ser un buen marido.

Honoré de Balzac

Es más fácil quedar bien como amante que como marido; porque es más fácil ser oportuno e ingenioso de vez en cuando que todos los días.  

Honoré de Balzac

Un buen marido nunca es el primero en dormirse por la noche ni el último es despertarse por la mañana.

 Honoré de Balzac

El mejor matrimonio sería aquel que reuniese a una mujer ciega con un marido sordo.

Michel de Montaigne

No basta que una esposa sea fiel, es menester que su marido, sus amigos y sus vecinos crean en su fidelidad.

Jean Jacques Rousseau

Me gustaría morir a los 104 años, completamente sano, asesinado por un marido que me acabara de pillar, in fraganti, con su joven esposa.

Billy Wilder

Huerta sin agua, casa sin tejado, mujer sin amor y marido descuidado, son cuatro cosas que lleva el diablo.  

Fernan Caballero

El buen marido ama el hogar, como los buenos marinos aman el mar: a pesar de las tormentas. 

Noel Claraso

Los maridos no son nunca amantes tan maravillosos como cuando están traicionando a su mujer.

Marilyn Monroe

Yo creo en las familias numerosas: toda mujer debería tener al menos tres maridos.

Zsa Zsa Gabor

Los hombres casados son horriblemente aburridos cuando son buenos maridos, e insoportablemente presumidos cuando no lo son.

Oscar Wilde

Hasta que el marido no entiende absolutamente todas las palabras que su mujer no ha dicho, no estará realmente casado.

Alfred Hitchcock

Conozco a centenares de maridos que serían felices de volver al hogar si no hubiese una esposa esperándoles.

Groucho Marx

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