Aforismos CLXXX (Aforismos sobre el cafe)

Un matemático es una máquina para transformar café en teoremas.
Paul Erdos

El café huele a cielo recién molido.
Jessi Lane Adams

Qué desamparado se siente uno cuando tiene una taza llena de café en la mano y comienza a estornudar.
Jean Kerr

La verdadera universidad popular española han sido el café y la plaza pública.
Miguel de Unamuno

El café es un bálsamo para el corazón y el espíritu.
Giuseppe Verdi

Pienso que si hubiera sido mujer, usaría café como perfume.
John Van Druten

Tan pronto como el café llega a su estómago, sobreviene una conmoción general. Las ideas empiezan amoverse, las sonrisas emergen y el papel se llena. El café es su aliado y escribir deja de ser una lucha.
Honoré de Balzac

Mi lucha por la existencia consiste en que a la hora del desayuno sea mucho más importante el aroma del café que las catástrofes que leo en el periódico abierto junto a las tostadas.
Manuel Vicent

Yo he medido mi vida en cucharitas del café.
T.S. Eliot

La amistad es como el café, una vez frío nunca vuelve a su sabor original, aún si es recalentado.
Kant

El café fuerte me resucita, me causa un escozor, una carcoma singular, un dolor que no carece de placer. Mas me gusta, entonces, sufrir que no sufrir.
Napoleón Bonaparte

Sin mi café de la mañana, soy sólo como una pieza dorada y seca de carnero.
Johann Sebastian Bach

El café debe ser negro como el infierno, fuerte como la muerte y dulce como el amor.
Proverbio turco

La mujer es como una buena taza de café: la primera vez que se toma, no deja dormir.
Alejandro Dumas

Se cambia más fácilmente de religión que de café.
Georges Courteline

Claro que el café es un veneno lento; hace cuarenta años que lo bebo.
Voltaire

Una buena taza de su negro licor, bien preparado, contiene tantos problemas y tantos poemas como una botella de tinta.
Rubén Darío

Yo orquesto mis mañanas al son del café.
Harry Mahtar

Entre los muchos lujos de la mesa, el café puede ser considerado como uno de los más valiosos. El atisba la alegría sin intoxicación, y el placentero flujo de espíritus que ocasiona nunca es seguido de tristeza, languidez o debilidad.
Benjamin Franklin